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IV

Desnuda     encima de mi cuerpo
Te miro y sé por cierto que te amo
—pero siempre hay momentos delatores
del temor que se cuela en tu mirada

Tendida y abierta para mí
la joya de tu vientre ya me aguarda
desde un antiguo resquicio en la memoria
y en un rincón futuro de esperanza
—sin embargo te escapas de mis brazos
cuando te nombro y el tiempo nos separa

Recostada al abrigo de mi pecho
casi no eres posible     tan ufana
tan límpida y certera cual la lluvia
tan dúctil y evasiva como el agua
—afuera en la penumbra el aguacero
cultiva los recuerdos que me aguardan
por todos los caminos de la noche
y en todos los riachuelos del mañana