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II

Busco la curvatura de tu cuello
e imagino las noches bajo la sombra clara
que sobre mí proyecte la humedad de tu cuerpo
—y en la mínima distancia entre tus labios y los míos
un rumor ancestral de lujuria y manantiales

Busco un poco más allá
en el temblor de tus manos
e intuyo la languidez estremecida de tus muslos abiertos
—luego cuando se haya cumplido con los ritos de la carne
siempre volverá a haber tiempo para la desnudez
y las caricias sobre el pecho

Pero aún busco más
y entonces encuentro la esperanza:
tiene la forma oculta y sombreada de tu vientre
y el oleaje preciso de tus senos