ZoneZero 3.0 y la convergencia fotográfica
ZoneZero es, y ha sido siempre, un espacio de diálogo desde la fotografía y acerca de ella. Hoy, como nunca antes, la imagen se ha convertido en la materia prima de las conversaciones a nivel global y por encima de cualquier barrera geográfica, cultural, ideológica o idiomática. Con el avance tecnológico, cada usuario de un dispositivo de captura se ha vuelto un fotógrafo en potencia. Incluso con la superabundancia y facilidad de intercambio de imágenes, es posible desarrollar proyectos fotográficos sin haber tenido el más mínimo contacto con una cámara. Desde este escenario, la primera tarea de nuestro equipo editorial es preguntarnos de nuevo, junto a muchos, ¿cuál es el lugar para hablar desde y sobre la fotografía? Y, más apremiante para nosotros, ¿qué papel puede y debe tener un espacio como ZoneZero?
La mitad de la respuesta corresponde a un hecho consumado: ZoneZero en su primera versión cumplió ya con el papel de acompañar la transición que experimentó la fotografía "de lo analógico a lo digital". Los acontecimientos no sólo le dieron la razón a su postulado, sino que en buena medida rebasaron cualquier expectativa previsible en términos de velocidad y alcance de esa transformación. Desde 2009, ya integrado el proyecto de ZoneZero al contexto más amplio de la Fundación Pedro Meyer, se tomó la determinación de reconocer esto en su segunda versión y se destacó una tendencia creciente en el consumo de imágenes "desde la pantalla de luz". Sin embargo, al cabo de pocos años la realidad se impuso nuevamente y dejó claro que esto era sólo un elemento de una nueva revolución en el ámbito fotográfico. El papel de ZoneZero como testigo y promotor privilegiado del cruce entre fotografía y tecnología perdió relevancia frente al ritmo y escala de los cambios. Nadie podía prever hace 5 años el profundo impacto que el ascenso de los dispositivos móviles tendría.
Ahora, en ZoneZero nos reinventamos en una tercera versión. Nuestro papel, dinámicas de funcionamiento y oportunidades son otros. Como parte de la Fundación Pedro Meyer tenemos un compromiso claro con la educación, entendida siempre como el desarrollo colectivo de conocimientos con una aplicación práctica. Frente al entorno actual, nuestro rol no puede ser otro que convocar reflexiones puntuales sobre la evolución constante de la fotografía. Nuestro alcance debe ser el de una conversación inclusiva, pero estructurada. Ante la avalancha y similitud de obras, procuraremos presentar nuestras selecciones en contexto y aportar un mayor entendimiento de los procesos que detonan nuevas posibilidades creativas o tienen mayor impacto social. Acorde con el medio y la experiencia de los que partimos, aspiramos a la globalidad y a cultivar redes tan amplias como sea posible. Para lograrlo, exploraremos diversos formatos de distribución de contenidos e invitaremos a colaborar en la difusión o producción de materiales que contribuyan al intercambio cultural. Nuestra publicación apostará a mostrar coherencia con estas ideas en cada pieza que se presente.
Finalmente, la otra media respuesta a nuestras preguntas es más compleja. Las primeras búsquedas nos llevaron a suponer que el concepto de fotografía expandida servía para abarcar muchos de los fenómenos que nos parecían merecer atención. La idea de que lo fotográfico ha desbordado su propio medio es reconfortante para quienes se desenvuelven en este medio… pero es sólo la mitad del cuento. El cine, el teatro, la literatura, las redes sociales y un largo etcétera de medios también se han desbordado desde sí y en dirección a la fotografía. En realidad, y bajo un análisis más reflexivo, no es algún medio en particular el que se expande, sino un proceso de convergencia propiciado por la tecnología el que diluye cada vez más las fronteras. Esto que podríamos llamar convergencia fotográfica, es sólo un encuentro mucho más amplio hacia el cual avanzamos quienes vamos desde la fotografía. Es a través de este encuentro, donde coinciden medios, geografías, usos, prácticas sociales y demás, donde podemos encontrarnos haciendo las miles de cosas a las que el futuro de la cultura visual nos llama. Hay mucho trabajo por hacer y mucho que aprender. Los invitamos.
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