Paz
Te presiento
en cada crepúsculo de fuego
en los diarios abismos
de lúcido insomnio.
Entre sueños
me disuelvo en penumbras
y creo adivinarte
a lo lejos.
Hace mucho te aguardo
y, enredado en ausencias,
sólo quiero
volver hacia ti desde el destierro.