III
Serás de otro como fuiste mía
tus uñas dibujarán sobre otra espalda
los ideogramas de una pasión fugaz
—tu aliento entrecortado será un aleteo de palomas
en la cornisa de una noche tanto o más luminosa que las nuestras
El sudor hará brillar tu pecho
como alguna vez al salir de la bañera
cuando enfrentaste desnuda tu humedad ante el espejo
—tus senos eran los campanarios donde cerca de mí se levantaba
el último llamado para el oficio de caricias
y la redención de mi angustia con tu cuerpo
Pero los años me traerán tu aroma
desde la brisa del mar y entre un sopor de helechos
y desconozco si ese día traicionaré a alguien más
con la penumbra sensual de tu recuerdo
—pues lo sabes bien: tu piel tenía más lumbre
que el insomnio donde naufrago ciertas madrugadas
y el calor que me ahoga en una muralla de silencios