3. Amenaza
Aunque no te dicen nada el televisor ni el radio, sientes los malos augurios de la ciudad y las banquetas tienen la jovialidad de un asesinato: lo delatan las calles con sus gemidos de hembra en celo.
Aunque no te dicen nada el televisor ni el radio, sientes los malos augurios de la ciudad y las banquetas tienen la jovialidad de un asesinato: lo delatan las calles con sus gemidos de hembra en celo.